A
todos nos gustaría ser más productivos, pero a veces no sabemos cómo lograrlo. A continuación, proponemos 3 ideas simples y
de fácil implementación para que aumentemos nuestra productividad en el trabajo.
Gestor de productividad
Una
opción que desafortunadamente es poco común en las empresas de nuestro país,
pero que contribuye significativamente en el aumento de la productividad es la
designación de una persona encargada de promover estos temas en la empresa, de
manera similar a como se hace con otros temas de igual relevancia como la
calidad, sistemas informáticos, salud y seguridad en el trabajo, entre otros.
Los
mejores resultados aumentando la productividad en las organizaciones se
obtienen mediante la sensibilización del personal, a través de capacitaciones
en temas que despierten interés y generen resultados a corto plazo como pueden
ser: comunicación, liderazgo, manejo activo del correo electrónico, entre
otros.
Concurso o buzón de ideas de mejoramiento
La
manera más efectiva de mejorar la productividad en las empresas es estableciendo
un canal de comunicación para recoger las ideas de mejoramiento provenientes de
los empleados. Esto se puede lograr a
través de un concurso o buzón de ideas de mejoramiento que permita solucionar rápida
y fácilmente aquellos problemas que impactan la productividad.
Para
que este tipo de iniciativas tengan éxito identificando los problemas y generando
ideas que aumenten la productividad, es necesario establecer una política sencilla
de incentivos. Algunos de los incentivos
más comunes que se pueden implementar sin gastar demasiado dinero son las
felicitaciones en privado o en público, diplomas o certificados, cursos de
formación, promoción laboral, obsequios, tiempo libre, etc.
Protocolo para reuniones productivas
Es
un hecho que muchas de las reuniones en las que participamos no son
productivas, por lo que deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en replantear la
manera convencional en que realizamos las reuniones de trabajo y buscar formas
más eficientes que se adapten a las necesidades específicas de cada situación.
Lo
primero que podemos hacer es flexibilizar el formato de las reuniones ajustando
el tiempo, el número de asistentes y su participación de acuerdo a nuestras
necesidades. Ten en cuenta que no todas
las reuniones deben durar mínimo una hora, y no siempre hay que invitar a muchos
asistentes para que la reunión sea un éxito; además, recuerda que si la reunión
es solamente informativa, lo más productivo es enviar la información en un
correo electrónico.
Sin
embargo, préstale mucha atención a la participación de los asistentes porque
esta es la clave para que las reuniones sean productivas. Las mejores prácticas
recomiendan que todos los asistentes a una reunión deben participar, de lo
contrario su asistencia podría ser obviada.
En este sentido es responsabilidad de quien dirige la reunión estimular
la participación de todos con preguntas generales o especificas a cada uno de
los participantes para enriquecer la discusión.
Conclusión
Las
empresas esperan que sus empleados sean expertos en productividad, pero la
realidad es que este tema no lo enseñan en la universidad y tampoco es la
característica más común de las personas; para compensar esta deficiencia es
necesario invertir tiempo y recursos en fortalecer estas habilidades. La buena noticia es que al poco tiempo de
iniciadas las capacitaciones, se empiezan a notar los resultados, aumentando no
solo la productividad, sino también la rentabilidad y competitividad de las
empresas.
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productivos!
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